La batalla que se está dando en contra de los plásticos en todo el mundo es absolutamente notable y demuestra no solo la gravedad del problema, sino el interés de los gobiernos y las empresas – grandes, medianas y pequeñas – junto con el de la sociedad civil para buscar soluciones en función de producir cambios significativos en el ciclo de consumo y generación de desechos que garanticen el desarrollo sustentable.

Quizás podríamos identificar tres tipos de acciones:  las de innovación, más asociadas al sector privado, las legales que impulsan distintos niveles de gobiernos, y las de concienciación, orientadas por las ONG.

Somos testigos de cómo en buena parte del planeta han surgido o se han ajustado modelos de negocio guiados por factores ambientales sin abandonar la sustentabilidad económica del mismo.  Así, cada vez son más comunes las tiendas que venden productos a granel, en la cuales los compradores son quienes proveen sus envases traduciéndose especialmente en menos basura plástica que descartar.  Este tipo de negocio promueve el uso de recipientes de vidrio con una mayor vida útil.

En Hannover el modelo de negocio del café para llevar, estaba teniendo un impacto en la generación de los desechos sólidos y la contaminación en términos de esfuerzo en la recolección y el costo que eso representa para las autoridades locales.  Como respuesta al problema, un conjunto de cafeterías se han aliado y ofrecen a los clientes por 2 euros una taza de uso múltiple, la cual puede devolver en cualquiera de las tiendas participantes, donde serán lavadas e intercambiadas.  Así están prescindiendo de cientos de miles de tapas plásticas propias de este exitoso negocio.

En toda esta lista, otras iniciativas de negocios incluyen cepillos dentales con mangos de bambú o champú en barras de jabón, por lo que se prescinde de los envases de plástico.

Para promover la reducción o eliminación de las bolsas plásticas podemos mencionar que en numerosos países y ciudades de todos los continentes existen instrumentos legales o decisiones administrativas de gobiernos nacionales y locales que han sido exitosas en su implementación.  Bangladesh, China, Mauritania, Italia, Irlanda, Uganda, Etiopía, Kenia, Sudáfrica, Marruecos, Ghana, Togo, Corea del Sur, Mongolia y Francia, son algunos de los países con leyes sobre bolsas plásticas.

En América latina podemos destacar iniciativas de los dos últimos años, la decisión del gobierno de Ecuador de prohibir la entrada de bolsas plásticas y pitillos en las Islas Galápagos, para evitar a afectación a su diversidad biológica, y promulgación de leyes en Panamá, Colombia y Chile.

Aunque no es una respuesta nueva, las bolsas ecológicas siguen siendo una herramienta que distintos sectores han seguido promoviendo como sustitución a las bolsas plásticas de un solo uso.  En Caracas, y quizás por un asunto más económico asociado a la crisis actual y no tanto a lo ecológico, pequeños negocios de víveres y panaderías ya ofrecen a sus clientes la “bolsa con el logo del negocio”, abandonando la práctica de entrega de bolsas plásticas o cobrando por estas últimas.  Ya muchas cadenas de grandes supermercados las impulsaron en años anteriores.

Pero la lucha también es contra los pitillos (popotes, pajillas, carrizos), uno de los utensilios plásticos de un solo uso que más frecuente se encuentran ensuciando en las playas de todo el planeta.  Ya se están haciendo comunes alternativas, basadas en la materia prima con la que es elaborado este cilindro hueco para absorber líquidos.  Así, se están elaborando pitillos de bambú, que además de una respuesta ecológica puede convertirse en un negocio sustentable para comunidades rurales, pitillos de metal o pitillos de papel que fueron comunes hace varios años atrás.  En esa tendencia, recientemente, restaurantes en Panamá decidieron no ofrecer a sus comensales pitillos de plástico, y en el Parque del Este en Caracas está prohibido el ingreso de este utensilio.

La Fundación Marviva, en Panamá, con sus campañas #ChaoPlásticoDesechable y #SinCarrizoPorFavor, Fundación Tierra Viva, en Venezuela, con la campaña iniciada en 2009, Cuadra límpia y saludable y #NoSoyBolsa en alianza con la empresa Botiquería, son ejemplos de acciones desde la sociedad civil que además convocan a los ciudadanos a actuar en favor de la reducción del consumo de plástico en el planeta.  Estas campañas se adelantan desde las redes sociales (@MarvivaPanama y @TierraVivaVzla) lo cual facilita el acceso a un amplio número de ciudadanos.

El reto de la eliminación del plástico del planeta es inmenso y por ello hay que apoyar las iniciativas que desde los distintos sectores se promueven, exigir más acciones a los gobiernos y empresas, mientras que como ciudadanos nos debemos comprometer en cambiar nuestro hábito sobre el uso de plásticos.

 

Alejandro Luy

Agosto 2018