November 5, 2021 Texto extraido del libro “El Arca Criolla, relatos sobre animales de Venezuela” de Alejandro Luy, editado por Fundación Tierra Viva. En el libro “Biodiversidad en Venezuela” editado por los investigadores venezolanos Marisol Aguilera, Aura Azócar y Eduardo González Jiménez[1] se describen once ecosistemas en el país: Sabanas: ocupan unos 300.000 kilómetros cuadrados, es decir una tercera parte del territorio nacional. Su origen es natural en algunas zonas y en otras es consecuencia de las actividades antrópicas, en las que el fuego ha sido un factor fundamental para su formación. Las regiones con mayor extensión de sabanas son los llanos y la región de Guayana al sur del Orinoco. Arbustales xerófilos: constituyen la vegetación llamada comúnmente cardonales, cujisales o espinares. Ocupan escasamente el 4,5% del territorio (41.023 kilómetros cuadrados) y están circunscritos principal, pero no exclusivamente, a la zona costera y a la región insular. Páramos: son formaciones vegetales circunscritas al intervalo entre los 2.500 y los 4.600 metros de altitud en los estados de Mérida, Táchira, Trujillo y Zulia (Sierra de Perijá). Ocupan un área de 2.420 kilómetros cuadrados. Foto: Sophia Luy Bosques secos: incluye fundamentalmente a los bosques con predominancia de especies deciduas o caducifolias, es decir aquellas que pierden sus hojas durante la temporada de sequía. Estos bosques están ampliamente extendidos en el país en los estados Zulia, Falcón, Miranda, Carabobo, Aragua, Nueva Esparta, Sucre, Bolívar, Guárico, Anzoátegui, Barinas, Cojedes y Portuguesa. Bosques y selvas (ombrófilos) de tierras bajas: constituyen la formación boscosa más extensa del país, concentrados mayoritariamente en los estados Amazonas y Bolívar, pero también están presentes en el Delta del Orinoco, el sur del lago de Maracaibo y en el pie de monte de la Cordillera de la Costa (región de Barlovento). Estos bosques se caracterizan por la abundancia de agua de lluvia o en el suelo, durante la mayor parte del año. En general, estos bosques crecen sobre suelos muy pobres, por lo tanto los nutrientes están concentrados en los troncos, hojas y frutos. Selvas y bosques de montaña: abarcan los distintos tipos de bosques presentes en los sistemas montañosos de Venezuela, tanto al norte como al sur del Orinoco, así como en las montañas costeras aisladas (ej. Cerro Copey, en la isla de Margarita y Cerro Santa Ana, en la península de Paraguaná). Bosque nublado, Parque Nacional Henri Pittier. Foto Javier Mesa Bosques y selvas de galería: corresponden a bosques que crecen al margen de los ríos, tanto en áreas de sabanas como dentro de macizos boscosos. También son llamados bosques ribereños. Ecosistemas exclusivos de la Guayana: el Escudo Guayanés constituye una de las regiones más antiguas del planeta. Al margen de los bosques de tierras bajas y las sabanas presentes al sur del Orinoco, en este ecosistema hay comunidades que crecen sobre roca y arena, incluyendo lajas, cimas de tepuyes y herbazales. En estos ecosistemas son notables las especies endémicas de flora, es decir, plantas que no se encuentran en ninguna otra parte de Venezuela o del mundo. Ecosistemas marino-costeros: las costas marinas y estuarinas (donde se mezclan el agua salada del mar con el agua dulce de los ríos) tienen una extensión de 3.750 kilómetros, 67% en el mar Caribe y 33% en el océano Atlántico. Los ambientes y componentes de estos ecosistemas son notablemente menos homogéneos que los vistos anteriormente. Aquí están incluidos los manglares, que cubren unos 2.500 kilómetros cuadrados, en franjas más o menos continuas de toda la costa; también los herbazales marinos, constituidos por plantas superiores, es decir, no son algas como muchos podrían suponer, capaces de vivir sumergidas. Playa en la Península de Paraguana. Foto Carolina Dávila. Igualmente los arrecifes coralinos, estructuras originadas por el desarrollo de especies de corales (animales antozoos) que segregan carbonato cálcico y alcanzan un desarrollo excepcional en parques nacionales como Morrocoy y el Archipiélago de Los Roques y finalmente las playas arenosas y los litorales rocosos. Arrecife de coral. Foto Rosa Medina Humedales continentales: la Convención Ramsar[2] define a los humedales como: “extensiones de marismas, pantanos, turberas o aguas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres y saladas, incluyendo las extensiones de agua marina, cuya profundidad de marea no exceda los 6 metros”. Los humedales continentales abarcan unos 76.000 kilómetros cuadrados, considerando los lagos de Maracaibo y de Valencia, las lagunas andinas, los embalses del Guri, Camatagua, Guárico y los arrozales, los morichales y las sabanas inundables. Adicionalmente, en estos ecosistemas se incluyen todos los ríos, arroyos y riachuelos del país. Lago de Valencia Delta del Orinoco: abarca unos 42.000 kilómetros cuadrados, con una amplia diversidad de comunidades vegetales. Los especialistas reconocen allí: herbazales de pantano, bosques de pantanos (varios tipos, incluyendo morichales), sabanas inundables y manglares. Manglar en el Delta del Orinoco Más información sobre el libro “El Arca Criolla, relatos sobre animales de Venezuela” en este enlace. [1]Biodiversidad en Venezuela. Marisol Aguilera, Aura Azócar y Eduardo González Jiménez Editores. Fundación Polar, Ministerio de Ciencia y Tecnología, Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit). 2003. [2] La Convención sobre los Humedales (Ramsar, Irán, 1971).Llamada la “Convención de Ramsar” es un tratado intergubernamental en el que se consagran los compromisos contraídos por sus países miembros para mantener las características ecológicas de sus Humedales de Importancia Internacional y planificar el “uso racional”, o uso sostenible, de todos los humedales situados en sus territorios. (www.ramsar.org).