Una persona consumidora responsable es aquella que, además de conocer sus derechos, se guía por criterios sociales y medioambientales con el objeto de contribuir a un entorno favorable para todos, y garantizar un consumo con el menor impacto posible del medioambiente, y así contribuir a mejorar la calidad de vida de la población y de las generaciones futuras. 

‍‍Comprar un producto implica satisfacer una necesidad o un deseo pero también activar una serie de procesos económicos, sociales y medioambientales. 

️Es por ello que comprar de una manera responsable significa cuestionarse qué es prescindible y qué no; cuáles son nuestras disponibilidades económicas reales y, después, elegir los productos, no solo por su precio o su calidad, sino también porque son respetuosos con el medioambiente y porque las empresas que los elaboran cumplen con los derechos humanos y los principios de justicia social. 

Gestos sencillos como evitar artículos de un solo uso, comprar ropa y artículos de segunda mano y utilizar envases retornables o productos con baterías recargables, permiten que mejore la calidad de vida de la colectividad y del planeta.