Este 21 y 22 de octubre iniciamos las actividades del proyecto “Canoabo, Bosque Nublado: Gente y Conservación de la Biodiversidad”, cuyo objetivo es contribuir a la conservación de los bosques y la fauna emblemática de la cuenca media y alta del río Canoabo.

El equipo de formadores de Fundación Tierra Viva, realizó un taller en la Posada Amarama, en el que participaron 80 jóvenes de entre 15 y 29 años, además de docentes y actores claves de la comunidad.

Durante la formación, los participantes recibieron información sobre la biodiversidad del Bosque Nublado de Canoabo, a través de actividades dinámicas y lúdicas. Además, reflexionaron y debatieron acerca del papel de la juventud en la promoción del cambio.

Esto forma parte de las primeras etapas del proyecto que se realizará hasta marzo de 2024, con el financiamiento de Mitsubishi Corporation. 

El bosque de Canoabo

Uno de los ecosistemas de Venezuela son las “Selvas y bosques de montaña”, que abarcan los distintos tipos de bosques presentes en distintas regiones del país.  En el estado Carabobo, la superficie de los bosques nublados disminuyó de 45 kilómetros cuadrados en 1988 a 22 kilómetros cuadrados en 2010. 

Ubicada en la cordillera de la costa, la cuenca del río Canoabo, en el estado Carabobo, posee una importante cobertura boscosa de alberga especies animales y vegetales, autóctonas (incluyendo aves, mamíferos, reptiles e insectos endémicos) y migrantes, y por tanto es de gran importancia para su conservación. 

De acuerdo a las publicaciones de Explora y Casa María, basada en la investigación realizada por especialistas en el área, en la zona existen 24 especies de anfibios y 53 especies de serpientes. Adicionalmente, se estiman que, incluyendo otros reptiles, esta lista podría alcanzar las 70 especies.

Las investigaciones y listados incorporados en EBird por profesionales y observadores de aves, dan cuenta de al menos 253 especies de aves, incluyendo el Paují copete de piedra (Pauxi pauxi), una especie amenazada, y cuya distribución está casi exclusivamente restringida a Venezuela, el Pico de Frasco Esmeralda (Aulacorhynchus sulcatus), una especie endémica de la Cordillera de la costa de Venezuela.

Pico de frasco esmeralda

También señalan especies migratorias como la Reinita de los charcos (Parkesia noveboracensis), Reinita gargantianaranjada (Setophaga fusca), Reinita gorro gris (Leiothlypis peregrina), Candelita migratoria (Setophaga ruticilla) y el Cardenal migratorio (Piranga rubra).

Estos bosques también constituyen un corredor biológico para especies de mamíferos, como el mono araguato (Alouatta arctoidea), asi como, para grandes felinos como el puma (Puma concolor), la onza (Puma yaguarundi), y el tigre (Panthera onca).

Lo anterior es una muestra de la importancia de la zona para la conservación de especies migratorias y residentes con algún grado de amenaza, lo cual justifica los esfuerzos para la conservación de sus bosques, incluyendo el fomento de la formación y la participación de las comunidades de la zona.

Los bosques de esa cuenca no cuentan con una figura de protección pública como parque nacional o monumento natural. Sin embargo, existen iniciativas privadas que han promovido la conservación de estas áreas.

En la parroquia Canoabo, que alberga a 7.500 habitantes, el medio de vida predominante son las actividades agrícolas y pecuarias; se trata de actividades productivas convencionales con uso del suelo y fertilización intensiva donde la expansión de la frontera agrícola, sobre todo en las laderas montañosas de la cuenca media, colocan en riesgo los acuíferos, la continuidad bosques y la biodiversidad del sector. En este contexto, el proyecto Bosque nublado de Canoabo, gente y conservación de la biodiversidad, financiado por Mitsubishi, se plantea contribuir a la conservación de estos bosques de gran importancia para la región y el país.